Los llamados Enhanced Games son una nueva y polémica competición deportiva que busca imitar el formato de los Juegos Olímpicos, pero con una diferencia radical: en este evento los atletas podrán utilizar libremente sustancias dopantes para mejorar su rendimiento físico y sus capacidades.

La primera edición de estos juegos está prevista para mayo de 2026 en Las Vegas (Estados Unidos) y contará con disciplinas como atletismo, natación y halterofilia. Los organizadores sostienen que el dopaje ya existe de manera encubierta en el deporte profesional y que, por tanto, su propuesta pretende “normalizar” y “regular” su uso bajo supervisión médica, en lugar de mantenerlo en secreto.

El proyecto ha generado un enorme debate en el mundo deportivo. Sus defensores argumentan que permitirá explorar los límites del cuerpo humano y ofrecer espectáculos más impresionantes. Sus críticos, en cambio, advierten que se trata de una iniciativa peligrosa que pone en riesgo la salud de los deportistas y destruye los valores fundamentales del deporte limpio.

Además, los Enhanced Games ofrecerán grandes incentivos económicos a quienes batan récords establecidos en los Juegos Olímpicos tradicionales, lo que refuerza su enfoque en el rendimiento extremo y el espectáculo mediático.

A medida que se acerca su estreno, la comunidad internacional observa con atención este experimento deportivo sin precedentes, preguntándose si marcará el comienzo de una nueva era del deporte… o el final de su esencia más humana.